Arte Paleocristiano. 
Con la aparición del cristianismo, la vida adquiere un nuevo sentido, mucho más intimista e individual. Frente al principio clásico de unidad y armonía entre cuerpo y espíritu, el cristianismo recoge el dualismo persa de carne y espíritu, o lo que es lo mismo, el bien y el mal irreconciliables, donde la desprestigiada naturaleza sólo tiene justificación como soporte del espíritu.
En su arquitectura, en el periodo anterior a la Paz de la Iglesia, antes del 313, cuando los cristianos aún no gozaban de plena libertad, se hace precisa la creación de un lugar de reunión para la celebración de los cultos. En esta etapa, surge el Titulus como lugar de reunión (el más antiguo conservado es San Martín del Monte), que era una casa patricia a la que se introdujeron varios arreglos para adecuarla a la nueva función. 
El origen de la basílica es problemático, aunque es evidente el parentesco con la basílica civil romana, no existe vínculo funcional entre ellas, más aún si tenemos en cuenta que se denota de un amplio crucero. Este modelo de basílica cristiana se va a mantener con escasas variantes a lo largo de la Edad Media. Consta, fundamentalmente, de tres partes: una pública a la que puede acceder cualquier catecúmeno, otra semipública reservada para creyentes bautizados y otra privada, para los presbíteros y donde se celebra el culto.
Se desarrolla en los sarcófagos, que en realidad son una evolución de los sarcófagos romanos. Solían estar decorados con profusión de relieves en su frente y tapa. Los temas retomaban pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento. La escultura sigue las pautas señaladas en la pintura, en especial en los relieves: tendencia a la frontalidad, composiciones simples, rasgos sumarios, etcétera. Se conservan muy pocas muestras de bulto redondo y a menudo están relacionadas con el Buen Pastor. 
De manera paralela, aparece el cementerio cristiano: la catacumba. El origen de estas construcciones parece hallarse en Oriente, en las cuevas funerarias familiares como refieren los evangelios. Su adopción por Occidente se debe a la prohibición cristiana de incinerar los cadáveres y a considerar suelo sagrado el lugar donde están enterrados los fieles difuntos Las catacumbas están formadas por una intrincada red de galerías en cuyas paredes se disponen los nichos en los que se depositan los cuerpos de los difuntos.
Se recurrió principalmente a la pintura mural, que todavía puede verse en las paredes y bóvedas de las catacumbas y algunas basílicas. La iconografía del arte paleocristiano es muy importante, pues por su simbología perduró durante toda la Edad Media.
La iconografía del arte paleocristiano es muy importante, pues por su simbología perduró durante toda la Edad Media. Los restos más importantes de pintura se encuentran en las catacumbas de Santa Prudenciana y Santa Domitila. Los mosaicos se realizaron con la misma técnica que la empleada por los romanos, pero sus temas y símbolos son religiosos y determinados por la iconografía cristiana. El ejemplo más destacado lo constituyen los mosaicos de Santa María la Mayor, en Roma.
 
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